La proporción áurea ha sido aplicada a lo largo de la historia con éxito en múltiples proyectos, diseños, edificios o fotografía. Esta proporcionalidad es muy importante para que la obra de arte resulte armónica.
A lo largo de la historia se le ha asignado muchas definiciones y nombres; El número de oro, el número dorado o número áureo, número fi, sección áurea, razón áurea, razón dorada, medida áurea o divina proporción. Representado por la letra griega Phi = 1,618034 en honor al escultor griego Fidias. Un número phi que posee muchas propiedades interesantes y a la vez emocionantes que fue descubierto en la antigüedad, no como una “unidad” sino como una relación o proporción.
Si recordamos la historia en busca del concepto de divina proporción. Leonardo Pisano, también conocido como Fibonacci, fue un famoso matemático de Italia que se dedicó a divulgar por Europa el sistema de numeración árabe (1, 2, 3…) con base decimal y con un valor nulo (el cero) en su Libro del ábaco en 1202. Pero el gran descubrimiento de este matemático fue la Sucesión de Fibonacci que, posteriormente, dio lugar a la proporción áurea en arte.
¿Qué es la Sucesión de Fibonacci?… Se trata de una serie numérica: 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, etc. Es una serie infinita en la que la suma de dos números consecutivos siempre da como resultado el siguiente número (1+1=2; 13+21=34). La relación que existe entre cada pareja de números consecutivos (es decir, si dividimos cada número entre su anterior) se aproxima al número áureo (1,618034).
A.- Si trasladamos la secuencia numérica anterior a un rectángulo nos encontramos con el siguiente ejemplo para una mejor comprensión
Posteriormente, la fascinación ha sido tal a lo largo de la historia que un matemático y teólogo italiano Luca Pacioli publicó un libro titulado La Divina Proporción (1590) en el que daba cinco razones para desentrañar de por qué el número áureo es divino:
- El hecho de que esté definido por tres segmentos de una recta, que asemeja a la Trinidad.
- La unicidad del propio número, que asemeja a la de Dios.
- Si miramos la inconmensurabilidad del número, igual que Dios es inconmensurable.
- Dios dio ser al universo a través de la quinta esencia, representada en un su momento por un dodecaedro, y el número de oro dio ser al dodecaedro.
- Nuestro Dios es omnipresente e invariable, igual que es este número.
Ante esta secuencia numérica y sus derivaciones podemos encontrar la proporcionalidad existente en la naturaleza:
Se pueden encontrar muchos ejemplos proporción aurea en obras arquitectónicas perfectamente diseñadas o reconocer las medidas perfectas del ser humana:
La compresión de la proporcionalidad cambiará la forma de ver los objetos que os rodean, por ejemplo, objetos que psicológicamente podrían tener evidentes connotaciones negativas como las cajetillas de tabaco o las tarjetas de crédito, son rectángulos áureos pues ello les confiere cierta belleza estética.
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